Jazzoterapia


El dia estuvo plagado, como todos los dias, de cosas buenas y malas. Lo habitual... sin embargo, al filo de las seis de la tarde comencé a sentirme molesto y frustrado..., sin lograr especificarme el porqué. El sentimiento ganaba terreno dentro de mi cerebro con la velocidad de un equino en el hipódromo, y mientras más me preguntaba que era lo que lo provocaba, mas enredaba mis pensamientos con espinosas pendejadas...asi que decidi recurrir a un viejo remedio de efectividad comprobada: Recostarme en mi cuarto con la luz apagada y dejar que el cadencioso sonido de un disco de jazz me acariciara las sienes. Nunca falla; Me levanté de maravilla.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Yo, el peón (Cuento corto)

Hacer click!