Lo recuerdo como si hubiera sido ayer: aquel momento en que crucé la puerta de un misterioso y pequeño cuarto hecho de madera, construido sobre el corredor de la vieja casa de mis abuelos y me inundaron las fosas nasales un peculiar aroma que a casi 40 años de ese evento permanece grabado a fuego en mi memoria... Mientras que al traspasar la delgada puerta de madera, el misterio del contenido de aquel pequeño y oscuro universo, se develó parcialmente ante mis asombrados ojos de niño: Sobre una mesa apolillada y paticoja, dormitaba serena una misteriosa máquina gris, semejante a la cabeza de un cíclope mecánico, que con su único ojo apuntaba en dirección perpendicular al medio carcomido tablero... Del techo y las paredes interiores de aquel rectángulo oscuro, colgaba una solitaria bombilla roja rodeada de una multitud de grisáceas serpientes enroscadas con infinitas siluetas en blanco y negro decorando sus lomos agujereados de acetato, mie...
Yo, El peón 0600 HORAS Yo, hombre mestizo promedio, clase media baja y peón de ajedrez…, inicio mi habitual rutina: Me baño y afeito, aplicándome la última gota de loción en la cara… salgo a la calle y espero, paciente, que la enorme e invisible mano que mueve las piezas en el tablero decida moverme.. mientras tanto, me dirijo, como muchos otros peones, (psicóticos colectivos) al trabajo, en un crujiente y ruidoso bus urbano. Ella, dama de magnífica presencia y torre derecha, a la vez, no se parece en nada a mi. Su status está en la fila de atrás y es vecina del caballo blanco, justo allá, del otro lado del tablero. Viste elegante y conduce un reluciente BMW azul. Al igual que yo, va para su trabajo ataviada de gris ésta mañana gris...ella es la torre, yo, soy el peón. Mientras escucha música y lleva corrido hacia atrás el techo de su auto no sospecha que la observo, silencioso y embelesado desde mi elevado y privilegiado punto de vista....
Para educar a la niñez no es necesario hacer ni decir nada de lo que habitualmente hacemos para educarles..., para educarles es necesario que primero, aprendamos de ella. En la boca de los niños jamás cabrá la hipocresía..., en las manos de los niños, habita la franqueza cuando se abrazan..., las trampas en los juegos son absolutamente deleznables y no tienen justificación ninguna..., Viven en un mundo donde no caben las corbatas ni las pendejadas tampoco. Son filósofos naturales capaces de dejar nuestros cerebros patinando por largo rato, con una inocente pregunta o frase. Son absolutamente auténticos, no tienen prejuicios, y, sobretodo, son capaces de percibir la vida desde una genuina óptica. Lo que les gusta les gusta y lo que no les gusta no. Saben lo que quieren y no hacen preguntas. Probablemente, lo que la niñez necesita, en resumen, es que tod@s recordemos con claridad quienes éramos cuando eramos niños. Aun y cuando odiaramos los tennis de lona que usabamos en educación físic...
Qué buenas fotos. Taré pendiente. Saludos
ResponderEliminarbue-ní-si-mo esto...
ResponderEliminarte felicito por la manera de escribir y por las fotos, tan acertada.
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