Café, soledad y empute

Me acomodo en el Café a la hora acostumbrada y pido lo de costumbre..., introduzco con automático movimiento mi mano en el bolsillo interior de la chaqueta, e inmediatamente, lo saco vacio..., (Lo habia olvidado...ahora disfrutar la incomparable mezcla del sabor humeante de un cigarrillo y su catalizador mágico, el café, es un delito que presupone una drástica sanción...) me resigno en silencio... medito por unos segundos y pienso, mientras me trago un par de maldiciones con mi humeante infusión favorita, en lo fantástico que a pesar de prohibirme fumar y tomar café, jamás podrán quitarme el que me guste hacerlo..., cuando quedan algunas gotas del negro líquido, pienso en la ausente solvencia moral que tiene un grupo de fascinerosos a quienes se les antojo quitarme ese placer legendario, dizque para crear ambientes libres de humo, mientras lo que en realidad debieran hacer es crear ambientes libres del humo de violencia..., pienso en sus estratosféricos salarios...en su inutilidad manifiesta..., en su corrupción absoluta y me salgo del café a fumar, mientras pienso que,ojalá les prohiban fumar cuando estén en el infierno...