Hacer click!
Lo recuerdo como si hubiera sido ayer: aquel momento en que crucé la puerta de un misterioso y pequeño cuarto hecho de madera, construido sobre el corredor de la vieja casa de mis abuelos y me inundaron las fosas nasales un peculiar aroma que a casi 40 años de ese evento permanece grabado a fuego en mi memoria... Mientras que al traspasar la delgada puerta de madera, el misterio del contenido de aquel pequeño y oscuro universo, se develó parcialmente ante mis asombrados ojos de niño: Sobre una mesa apolillada y paticoja, dormitaba serena una misteriosa máquina gris, semejante a la cabeza de un cíclope mecánico, que con su único ojo apuntaba en dirección perpendicular al medio carcomido tablero... Del techo y las paredes interiores de aquel rectángulo oscuro, colgaba una solitaria bombilla roja rodeada de una multitud de grisáceas serpientes enroscadas con infinitas siluetas en blanco y negro decorando sus lomos agujereados de acetato, mie...